Nos lo cuenta así Natalia:

 

"He descubierto que hay una manera más profunda de descanso. Las madres siempre tenemos cosas que hacer. Especialmente en los primeros años intensos de crianza es mucha la energía que entregamos a nuestros hijos e hijas. Cambiar pañales, amamantar, llevarlos al colegio, preparar comidas, comprar, acompañar su desarrollo emocional, escuchar, estar.

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Muchas veces me he sentido una especie de "madre Malabar" moviendo todo aquello que era necesario mover para el buen funcionamiento del hogar. Y ahora sé que hay cosas que pueden esperar, en realidad todo puede esperar salvo una cosa: estar con nosotras. Cuidarnos para cuidar. Colocarnos en el centro para que nuestro amor pueda seguir dando calor en nuestro hogar. Poner en valor las jornadas invisibles que suceden sutilmente mientras hacemos una sopa o mecemos a nuestro bebé.

 

He descubierto que descansar no es mirar un rato Instagram o ver netflix (esto está bien si te apetece) sino respirar dándonos cuenta. Observar nuestro cuerpo con todo lo que en el sucede.

 

Y a eso te invitamos en este espacio "Mecer a la Madre" , a dejarte mecer, tú que siempre meces y cuidas. A parar y sentir la danza de la respiración en tu cuerpo. A dejar que llegue a ti la palabra amable. A sentir el cuidado de la Vida. Mecer a la Madre es una recarga, un alto en el camino, un tiempo de descanso y toma de contacto con la joya que hay en ti. Un rato de silencio". 

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